Pueden parecer muy fríos, y esto puede sorprender a personas de culturas relativamente más “abiertas”, como Australia o Italia. Hay un gran énfasis en el respeto mutuo y la privacidad, por lo que las posibilidades de que dos personas se conviertan en amigos para toda la vida simplemente conversando en una parada de autobús son muy escasas. Esto es sólo parte de la cultura local y no significa que la gente sea hostil de ninguna manera.